Estimado Pedro:
Ante todo mucho respeto. A mí
algunas de tus películas me gustan, las primeras básicamente, otras me
aburrieron soberanamente y otras, bastantes, no las he visto porque no me han
despertado ningún interés. Pero negar que has tenido un lugar importante en la
cultura española de las últimas décadas sería ridículo.
Dices que
lloraste como un niño cuando leíste la carta de nuestro presidente, que para
sorpresa de pocos, lo va a seguir siendo. Llorar no tiene nada de malo, por
supuesto, no implica debilidad de carácter y aunque así fuera que más da. Si
hay ganar de llorar se llora, y con suerte te quedas a gusto. Pero hacer
exhibición del llanto, para demostrar sensibilidad y empatía, es sumergirse en
el melodrama, y eso, puede que estés de acuerdo, a nivel artístico es pobre.
Dices que es inaceptable
semejante castigo como el que sufre. Bueno, yo estoy de acuerdo en que sería
muy bueno para todos que hubiera menos crispación, menos insultos y expresiones
de odio. Pero lo planteas como si fuera algo nuevo…Puede que tu sensibilidad no
estuviera tan despierta hace unos años, porque se ve que no se vio afectada por
los ataques que recibieron los presidentes del PP, en especial Aznar, que fue ridiculizado
al máximo, lo mismo que lo fue su esposa. No es nuevo, no. Por otra parte, este
presidente como cualquier otro sufre ataques duros que son críticas muy legítimas de su conducta política; así, por ejemplo, si a alguien que miente se le llama mentiroso,
tampoco hay que extrañarse tanto. Y en cualquier caso, pensar que un presidente
no tiene que soportar un castigo mayor que el común de los mortales, es de una
ingenuidad impropia de tu inteligencia. Damos por hecho que lo tienen que
aguantar los árbitros no lo van a soportar los presidentes.
La verdad, me sorprende que
consideres que se tiene que sentir destrozado por una denuncia. Precisamente
si es falsa, puede estar más tranquilo; se demostrará su inocencia y saldrá
reforzado. Denuncias falsas hay todos los días, y algunas afectan a personas con muchas
más dificultades de defenderse. Es labor de la justicia demostrar su falsedad.
Pero lo que menos me gusta de tu
carta es que para tratar de ser una encendida defensa de la democracia tiene mucho
vicios antidemocráticos. Se puede criticar el mal funcionamiento del poder judicial
por razones objetivas pero no por no plegarse a lo que uno desea de él.
Y lo peor es que hables
de la otra España. Creo que somos muchos los españoles que estamos de lo de los
bloques hasta las mismísimas criadillas. ¿Supones que debemos actuar con total fidelidad
a unos colores, obrar y hablar como unidad indiferenciada, y no movernos bajo
ningún concepto? ¿No puede haber españoles que sean un poco “fachas”, un poco “rojos”
y a la vez aborrezcan a ambos?
Lo de la otra España suena dicho
desde una superioridad despreciativa, y poco hay menos democrático que
considerar inferiores a los que piensan diferente. Dices que la democracia en
España es frágil, y sin embargo tu querido presidente ha presumido de todo lo
contrario. Quizás es que no le encuentres el sabor democrático a que miles de
personas salgan a la calle para pedirle al presidente que se vaya, bastantes
más por cierto que las que se han manifestado estos días para que se quede.
Pedro, el Oscar lo ganaste y bien
ganado está, pero por esta carta no esperes que te den el Nobel de la paz.