Cuando el tren se fue me quedé quieto, como una estatua, en
posición de despedida, con el brazo alzado, el sombrero en la mano. Sin fuerzas
ni ganas de moverme.
Ahora, frío, triste, adormilado, sobrevivo tratando de no gastar mi escasa energía. Espero tu vuelta como espera la primavera una mariposa que trata de resistir el invierno en Moscú
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