lunes, 29 de abril de 2024

Carta a Pedro...Almodóvar.

 

Estimado Pedro:

Ante todo mucho respeto. A mí algunas de tus películas me gustan, las primeras básicamente, otras me aburrieron soberanamente y otras, bastantes, no las he visto porque no me han despertado ningún interés. Pero negar que has tenido un lugar importante en la cultura española de las últimas décadas sería ridículo.

Dices que lloraste como un niño cuando leíste la carta de nuestro presidente, que para sorpresa de pocos, lo va a seguir siendo. Llorar no tiene nada de malo, por supuesto, no implica debilidad de carácter y aunque así fuera que más da. Si hay ganar de llorar se llora, y con suerte te quedas a gusto. Pero hacer exhibición del llanto, para demostrar sensibilidad y empatía, es sumergirse en el melodrama, y eso, puede que estés de acuerdo, a nivel artístico es pobre.

Dices que es inaceptable semejante castigo como el que sufre. Bueno, yo estoy de acuerdo en que sería muy bueno para todos que hubiera menos crispación, menos insultos y expresiones de odio. Pero lo planteas como si fuera algo nuevo…Puede que tu sensibilidad no estuviera tan despierta hace unos años, porque se ve que no se vio afectada por los ataques que recibieron los presidentes del PP, en especial Aznar, que fue ridiculizado al máximo, lo mismo que lo fue su esposa. No es nuevo, no. Por otra parte, este presidente como cualquier otro sufre ataques duros que son críticas muy legítimas de su conducta política; así, por ejemplo, si a alguien que miente se le llama mentiroso, tampoco hay que extrañarse tanto. Y en cualquier caso, pensar que un presidente no tiene que soportar un castigo mayor que el común de los mortales, es de una ingenuidad impropia de tu inteligencia. Damos por hecho que lo tienen que aguantar los árbitros no lo van a soportar los presidentes.

La verdad, me sorprende que consideres que se tiene que sentir destrozado por una denuncia. Precisamente si es falsa, puede estar más tranquilo; se demostrará su inocencia y saldrá reforzado. Denuncias falsas hay todos los días, y algunas afectan a personas con muchas más dificultades de defenderse. Es labor de la justicia demostrar su falsedad.

Pero lo que menos me gusta de tu carta es que para tratar de ser una encendida defensa de la democracia tiene mucho vicios antidemocráticos. Se puede criticar el mal funcionamiento del poder judicial por razones objetivas pero no por no plegarse a lo que uno desea de él.

Y lo peor es que hables de la otra España. Creo que somos muchos los españoles que estamos de lo de los bloques hasta las mismísimas criadillas. ¿Supones que debemos actuar con total fidelidad a unos colores, obrar y hablar como unidad indiferenciada, y no movernos bajo ningún concepto? ¿No puede haber españoles que sean un poco “fachas”, un poco “rojos” y a la vez aborrezcan a ambos?

Lo de la otra España suena dicho desde una superioridad despreciativa, y poco hay menos democrático que considerar inferiores a los que piensan diferente. Dices que la democracia en España es frágil, y sin embargo tu querido presidente ha presumido de todo lo contrario. Quizás es que no le encuentres el sabor democrático a que miles de personas salgan a la calle para pedirle al presidente que se vaya, bastantes más por cierto que las que se han manifestado estos días para que se quede.

Pedro, el Oscar lo ganaste y bien ganado está, pero por esta carta no esperes que te den el Nobel de la paz.  

 

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